En la isla de el Hierro, se celebró este fin de semana, la III Travesía del mar de las Calmas. La población de la Restinga se volcó con el evento y demostraron su amabilidad y ganas de reavivar esa zona emblemática de la isla. La organización rozó la matrícula de honor y el equipo humano de voluntarios demostraron que pueden estar a la altura de eventos de este calado. Sin temor a equivocarme, podemos decir que esta travesía no tiene nada que envidiar a ninguna prueba regional o nacional. En pocos años, será referencia para cualquier nadador que se precie.


El mar estaba espléndido para la travesía, y como decían algunos, parecía que nadabamos cuesta abajo, sin embargo, Neptuno, nos tenía la última prueba de fuego. Cerca del volcán emergente del mar, comenzó una corriente en contra que hizo los últimos 2000 m difíciles para todos. El puerto de la Restinga, se iba acercando poco a poco, y cada brazada notabas la resistencia en sentido contrario, hasta que al final conseguías entrar dentro del Puerto. Allí la gente te animaba sin descanso y con todo el pueblo en la calle. Era muy emocionante la llegada de los nadadores, pero sobre todos los atrevidos y atrevidas de la larga distancia.
